Robert Jordan, una conmemoración por el décimo aniversario

Robert Jordan, una conmemoración por el décimo aniversario

Publicado originalmente el 16 de septiembre de 2017 por Brandon Sanderson en su blog

 

Han pasado diez años desde que falleciera Robert Jordan.

En algunos aspectos, ha sido un post difícil de escribir para mí. Sabía desde hace ya años que querría publicar algo cuando este día llegara. Y a la vez, siempre me pareció algo extraño recordar a alguien en el día de su muerte. Aunque su vida es algo que celebrar, su muerte, ciertamente, no lo es.

Pero también este es un día muy importante para quienes somos fans de La Rueda del Tiempo. Fue el día en que perdimos a un gran hombre, y yo perdí al mentor que nunca conocí.

Creo que he mencionado ya qué extraño es para mí conocer tan bien a la familia de Robert Jordan, tras haber trabajado con ellos intensamente durante cinco años, sin haber conocido al hombre en sí mismo. Para mí, Robert Jordan sigue siendo una figura casi mística, como los propios libros. Un hombre imponente, con gorro, bastón y una sonrisa cómplice.

Probablemente podría continuar un buen rato hablando sobre las diferentes formas en las que cambió la literatura fantástica, al menos para mí, pero hoy intentaré quedarme únicamente con una. Robert Jordan me enseñó a describir un vaso de agua.

Parece una tarea sencilla. Todos sabemos qué aspecto tiene el agua, y cómo se siente en nuestros labios. El agua es ubicua. Describir una taza de agua se parece un poco a realizar la pintura de algo vivo. Cuando era un niño a menudo me preguntaba: “¿Por qué pasa la gente tanto tiempo pintando boles de fruta, cuando podrían estar pintando dragones? ¿Por qué aprender a describir un vaso de agua, cuando la historia trata sobre magia alucinante y (bueno) dragones?”

Es algo con lo que tuve problemas como adolescente, intentaba saltarme las partes “aburridas” para llegar a las partes interesantes, en vez de intentar aprender a convertir las partes aburridas en las partes interesantes. Y para ello, es vital el vaso de agua. Robert Jordan me enseñó que un vaso de agua puede ser una línea divisoria cultural, la diferencia entre alguien que ha crecido entre dos ríos, y alguien que jamás ha visto un río en su vida, hasta hace dos semanas.

Un vaso de agua puede ser un símbolo de riqueza, bajo la forma de una copa ornamentada. Puede ser una señal de haber viajado largamente, sin nada que beber. Puede ser un símbolo de tiempos mejores, cuando tenías algo limpio y puro. Un vaso de agua no es solamente un vaso de agua., es una forma de expresar un carácter. Porque las historias no son sobre vasos de agua, ni magia y dragones. Son sobre las personas retratadas, iluminadas, y cambiadas por la magia y los dragones.

Pienso sobre ello cada vez que contemplo mi vieja, ajada copia de The Eye of The World (N.T.: El ojo del mundo). Esta es la que compré, a finales de 1990, la que me inició en ese camino. Porque, al final, los libros ni siquiera tratan sobre las historias, tratan sobre como dichas historias nos transforman.

Gracias, Robert Jordan, por enseñarnos estas cosas. Te echamos de menos.

Brandon Sanderson
9/16/2017

Apasionada de los comics, amante de los libros de fantasía y ciencia ficción. En sus ratos libres ve series, juega a juegos de mesa, al LoL o algún que otro MMO. Incansable planificadora, editora, traductora, y redactora.

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