Especial La Rueda del Tiempo (III): La magia de La Rueda
Bienvenidos a una nueva entrega de este especial de La Rueda del Tiempo.
Si recordáis, hace unas semanas hice una introducción al escritor Robert Jordan, su carrera y cómo se gestó esta saga y el mundo donde se enmarca la misma. Hoy vengo a hablaros un poco más en profundidad del sistema de magia que alberga estas páginas.
Sistema de magia
Desde hace unos años los lectores disfrutamos de sagas de fantasía con sistemas de magia que van más allá del pronunciar palabras mágicas en un idioma olvidado o las magias que nadie salvo magos, hechiceros o brujos, entienden ni van a explicar al lector.
Como decía, somos afortunados porque en los últimos veinte o treinta años, y con mayor frecuencia me atrevería a decir durante la última decada, autores y autoras del género han apostado por concebir sistemas de magia más verosímiles, más profundos. Sistemas con reglas que definen lo qué se puede hacer y lo qué no. En los que se especifica cómo hacer las cosas y el coste que conllevan. Y en muchos casos, qué ocurre cuando se sobrepasa el límite de lo que se puede hacer.
Robert Jordan no fue el primer autor de esta nueva hornada de escritores en concebir un sistema de magia coherente, reglado y creíble, pero sí fue uno de los primeros y quizás el más relevante.
Sin entrar en spoilers que puedan afectar la experiencia lectora de la saga, voy a intentar repasar los elementos importantes que dan forma a la magia en el mundo de la Rueda.
La Rueda del Tiempo
La Rueda del Tiempo es un elemento más allá de la concepción humana pero que resulta muy real. Se la representa como una rueda de siete ejes y fue «colocada» por el Creador en el principio de los tiempos asegurándose de que girase eternamente, gracias a la energía que se encuentra en la Fuente Verdadera.
La Rueda gira y al hacerlo teje las vidas y sucesos que acontecen y acontecerán en el Gran Entramado.
Cada eje representa una era, y cuando la Rueda da un giro completo la primera era vuelve a repetirse. Sin embargo, dichas repeticiones nunca son del todo iguales, ya que con cada giro el telar de cada era cambia un poco más el diseño predeterminado de la Rueda aunque aquellos que tienen el hilo de sus vidas entretejido en el telar de dicha era pueden de manera marginal alterar su destino predeterminado. A esto se puede añadir que las vidas de toda la gente forman parte también de este ciclo de repetición. Sus hilos son tejidos una y otra vez en el Entramado produciéndose una especie de reencarnación cíclica en el mundo.
El Entramado
El Entramado, o el Gran Entramado, es el conjunto de todas las vidas, del pasado, del presente y del futuro. La suma de toda la existencia y de la realidad.
Para cada una de las eras que he mencionado arriba existe un entramado propio y separado.
Fuera del Entramado, y por tanto no afectados por él, están: el Creador, la Fuente Verdadera y el Oscuro (la entidad antagónica del Creador a la que este encerró en el principio de la creación fuera del mismo).
El Entramado se teje sin ningún tipo de consideración hacia los hilos de las vidas de aquellas personas que nacerán, vivirán y morirán en la correspondiente era, aunque sí que les permite cierta maniobrabilidad que aumenta con cada giro para que tengan alguna posibilidad de cambiar en algún aspecto. No obstante, hay ocasiones en las que el Entramado no se teje correctamente y necesita una corrección, así que crea uno o varios ta’veren.
Los ta’veren son personas que de forma inconsciente afectan a aquellos y aquello que las rodean, encauzando el mundo, y el entramado, de nuevo en la dirección que en un principio había sido tejida.
El Poder Único
El Poder Único es la energía que nutre la Fuente Verdadera y la fuerza que hace que la Rueda del Tiempo gire en su ciclo sin fin de eras. Es una de las tres cosas que no se ven afectadas por el Entramado.
Dicha energía está dividida en dos mitades llamadas Saidar, la parte femenina, y Saidin, la parte masculina. Dos partes que al mismo tiempo se oponen y trabajan juntas.
En el universo de la Rueda a la capacidad de sentir la Fuente Verdadera y extraer esta energía que es el Poder Único se la conoce como «encauzar». Las mujeres encauzan el Saidar mientras el Saidin pertenece a los hombres, y ninguno puede sentir la otra mitad.
En la época de los libros poca gente es capaz de encauzar, y aquellas personas que pueden hacerlo se dividen en dos grupos: las que lo hacen de forma innata y las que necesitan recibir adiestramiento.
Unas y otras, al encauzar y extraer la energía del Poder Verdadero, lo hacen formando hilos o hebras. Está dividido en Cinco Poderes, que vienen a ser Agua, Tierra, Aire (o Viento), Fuego y Espíritu. Cuando un encauzador desea realizar un efecto determinado, necesita hilar de uno o varios de estos cinco poderes para crear el hechizo en cuestión, que recibe el nombre de «tejido». La mayoría de los tejidos requieren usar más de uno de los Cinco.
Por norma general el encauzador o la encauzadora suelen ser más fuertes en uno o dos de los Cinco Poderes, mientras los casos en los que se es fuerte en tres o incluso cuatro son extremadamente raros. Las mujeres suelen ser más fuertes en Agua y Aire, mientras que los hombres lo son en Tierra y Fuego. En espíritu está equilibrado el asunto.
Para encauzar, la persona debe establecer una especie de vínculo con la Fuente Verdadera. Algo así como estar o no estar «conectados» a ella. Cuando el encauzador está conectado, se siente más vivo, sus sentidos se incrementan, y en definitiva se vuelve más consciente en todos los aspectos de todo aquello que le rodea.
Sin embargo, existe un gran peligro cuando se está en contacto con la Fuente Verdadera y encauzando, y es que se vuelve adictivo. La persona que encauza corre así mismo el peligro de sobrepasar el límite de encauzamiento que todo el mundo posee, esto es, la capacidad que el cuerpo de cada individuo tiene a la hora de absorber y usar el Poder Único. Si se sobrepasa dicho límite pueden suceder dos cosas: la muerte instantánea o la perdida para siempre de la capacidad de encauzar.
Existen otros beneficios para los encauzadores, como un envejecimiento tremendamente ralentizado, o la inmunidad a enfermedades.
Ter’angreal, Angreal y Sa’angreal
En el mundo de la Rueda existen ciertos objetos que utilizan el Poder Único.
Los ter’angreal fueron creados para desempeñar tareas específicas, algunos requieren encauzar mientras otros pueden ser usados por cualquier persona.
Los angreal y sa’angreal son objetos que permiten absorber y encauzar más Poder Único del que de forma normal podría contener el cuerpo del usuario o de la usuaria.
Estos objetos son atesorados y vigilados celosamente por las Aes Sedai en Tar Valon ya que el método de su creación se perdió hace milenios.
Los Talentos
Se llaman Talentos a todas aquellas habilidades que aparecen de forma aleatoria en aquellos con la capacidad de tocar la Fuente Verdadera, ya necesiten tejer cualquiera de los Cinco Poderes o sean algo innato.
El Mundo de los Sueños
Por el nombre de Tel’aran’rhiod se encuentra el mundo de los sueños. Se trata de un mundo que forma parte del físico y al mismo tiempo se encuentra separado del mismo. La mayoría de la gente entra en el Tel’aran’rhiod en algún momento del sueño, pero existen algunas personas que son capaces de entrar a voluntad: los caminantes del sueño.
Existen algunas cosas más que se podrían añadir pero las dejaremos para que las descubráis con la lectura de los libros.
Y aprovecho a recordaros, a quienes tengáis curiosidad, que hace unos días Minotauro sacó ya a la venta la tercera entrega de la nueva edición de esta maravillosa saga.