Avance – El Archivo de las Tormentas 4 – Rhythm of War: Flashback de Eshonai
Esta semana estamos de enhorabuena, ya que se ha anunciado que la fecha de lanzamiento de The Rhythm of War será el 17 de noviembre de 2020, antes de lo que esperábamos, porque todo apuntaba a navidades de 2020, por lo que estamos de doble celebración.
En estos meses es de esperar que se den a conocer nuevos fragmentos, tanto en lecturas que pueda hacer Brandon en firmas, como a través de Reddit, o tal vez su propia página web.
Así como hace unos meses compartimos una traducción del prólogo, y a principios de la semana el primer capítulo, hoy os dejamos la traducción de la lectura que hizo Brandon durante la presentación de Starsight (Estelar en español, que saldrá a la venta el 13 de febrero de 2020). Este fragmento se corresponde a un borrador muy temprano de un flashback de Eshonai, así como los propios comentarios que hizo Brandon al respecto.
¡Esperamos que lo disfrutéis!
EVENTO DE PRESENTACIÓN DE STARSIGHT
LEÍDO POR BRANDON SANDERSON DURANTE EL EVENTO EN MOUNTAIN VIEW HIGH SCHOOL, EL MARTES 26 DE NOVIEMBRE DE 2019
Voy a leeros una secuencia que es un flashback del Archivo de las Tormentas cuatro. Los flashbacks se han repartido entre Eshonai y Venli.
Eso sí, hay cosas que tener en cuenta sobre este flashback. La primera es que cuando escribí esto, buscaba específicamente dar con el tono correcto del personaje, porque no estaba seguro de si iba a escribir a Eshonai o a Venli. Al final resultó que me decanté por hacer una mezcla de ambas. Pero lo que eso quiere decir es que, cuando escribí esta escena concreta, no tenía realmente planificado que fuera a incluirse en el libro. Estaba buscando el tono.
Eso implica que tiene algunos problemas de continuidad que ya conocía, incluso cuando lo empecé. Por ejemplo, creo que hay más personas con Eshonai de las que había cuando el evento tuvo lugar, mencionado en ocasiones anteriores. Puede que no tenga lugar en el mismo momento y ubicación que lo que aparece aquí. Básicamente, una versión de este capítulo acabará en el libro. Pero los detalles concretos relacionados con él pueden llegar a cambiar mucho.
Los flashbacks suelen sufrir la mayoría de los cambios, debido a la continuidad, ya que tenemos una línea temporal completa, que Karen es muy buena manteniendo. Y cuando escribo un capítulo como este, no le presto nada de atención. Lo ignoro, porque lo que quiero ver es si el personaje funciona. Pero aquí vamos a ver un fragmento breve desde la perspectiva de Eshonai.
Eshonai había oído que cartografiar el mundo le despojaba de su misterio. Algunos de los demás oyentes en su campamento insistían que la naturaleza debería permanecer salvaje, hogar de los spren y los grancaparazón, y que al intentar capturarlos en papel, se arriesgaban a perder sus secretos. Ella pensaba que eso era completamente absurdo.
Entonó a asombro conforme entraba en el bosque desde atrás. En las cercanías de las Llanuras Quebradas, prácticamente todo era plano, donde solo sobresalía algún rocabrote ocasional. Aún así, no muy lejos, había un lugar donde los árboles crecían en abundancia. Había empezado su mapa dando una vuelta al perímetro del bosque hasta que encontró el río al otro lado. Ahora, tras varios días de andar, tenía la intención de seguir el río hasta llegar al otro lado, cerca de su campamento.
Todo el mundo se había preocupado por las tormentas y que ella se viera atrapada en una, sola. Pero había estado en las tormentas una docena de veces en su vida, y había sobrevivido sin problemas. Eso fue sin estar en el bosque como aquí. Estos árboles proporcionaban una muralla ante la tormenta, como los que rodeaban los diez campamentos.
Aquellas murallas de los campamentos habían caído hacía mucho, al igual que la mayoría de las creaciones de los antiguos oyentes. Eso era una prueba: no podías robar los secretos de la naturaleza por el mero hecho de explorarlos. La sola idea daba risa. Sí, los oyentes podían crear murallas poderosas, pero eran una pobre imitación de lo que hacía la naturaleza. Probablemente este bosque estaba aquí cuando la antigua ciudad en el centro de las Llanuras era nueva, y aquí seguía, ahora que la ciudad era poco más que un montón de montículos esparcidos bajo el crem.
Se sentó en una roca cercana y desenrrolló su mapa, hecho de precioso papel. Su madre era una de las pocas de entre todos los campamentos que conocía la canción en la que se describían los pasos para crearlo. Con su ayuda, Eshonai había perfeccionado el proceso, y se aseguró de que sus estuches estuvieran sellados contra la lluvia. Empleó una pluma y tinta para esbozar el camino del río al entrar en el bosque, y fue tocando la tinta hasta asegurarse de que se había secado antes de enrollar el mapa.
Aunque tenía confianza en sí misma, entonando a Resolución, podía admitir que últimamente las quejas de los demás le resultaban especialmente molestas.
—¡Ya sabemos dónde está el bosque! ¿Para qué dibujarlo?
—El río fluye en esa dirección. Todo el mundo sabe dónde encontrarlo. ¿Por qué molestarse en plasmarlo a un papel?
—Intentas capturar las canciones, pero hay canciones que no se hicieron para ser confinadas. Reserva la escritura para anotar las deudas. No obligues a algo que está tan vivo como un spren a convertirse en algo tan muerto como una hoja de papel.
Eran demasiados quienes en su campamento querían hacer ver que el mundo era más pequeño de lo que era en realidad. Ella estaba convencida de que ese era el motivo por el cual seguían riñendo y peleando con los otros campamentos. Si el mundo se reducía únicamente a diez asentamientos y el terreno que los rodeaba, luchar por la tierra tenía sentido.
Pero sus antepasados no habían luchado unos con otros. Sus antepasados se habían unido. Sus antepasados habían dado la espalda a la tormenta y se habían marchado, abandonando a sus mismísimos dioses en nombre de la libertad.
Bueno, pues Eshonai utilizaría esa libertad. Y con sus mapas, enseñaría a los demás, expandiría sus mentes, llevándoles consigo la próxima vez que visitara los bosques, y les enseñaría las maravillas que les esperaban allí fuera.
Se sentaban alrededor del fuego, quejándose de que ella estaba robando los secretos de Cultivación, sin experimentar jamás la belleza que ella les ofrecía, sin conocer la mayor maravilla, la pregunta definitiva: ¿qué descubrimiento me espera después?
El río fluía a través del corazón del bosque, y Eshonai cartografió su curso valiéndose de sus propio método para medir la distancia y revisar su trabajo al inspeccionar varias localizaciones desde diferentes ángulos. Fluía tras las altas tormentas, pero a menudo perduraba varios días después de que la tormenta hubiera cesado. ¿Por qué? Cuando toda el agua se había drenado, o absorbido, ¿por qué seguía fluyendo este río? ¿Dónde empezaba? Una vez hubiera finalizado este mapa, tenía la intención de dirigirse río arriba, más lejos incluso de dónde había llegado, para intentar averiguar dónde nacía. El río la emocionaba. Eran marcas, indicadores, caminos. Nunca llegarías a perderte si sabías hacía dónde iba el río.
Se detuvo a comer en uno de los recodos, y descubrió un tipo de cremlino que era verde, como los árboles. Nunca antes había visto uno como ese. Tenía que contárselo a Venli.
—Robando los secretos de la naturaleza —dijo entonando Malestar—. ¿Qué es un secreto, sino una sorpresa por descubrir?
Hacer un mapa no encerraba o constreñía las maravillas de la naturaleza. ¡La naturaleza continuaría cambiando, creciendo y proporcionando nuevas maravillas! Todo lo que hacía un mapa, era aportar una senda para experimentarlas.
Acabando con su hasper al vapor, apagó el fuego y prosiguió su camino. Según creía, podía viajar por allí durante un día y medio antes de alcanzar la otra orilla. Después, si giraba hacia el otro lado del bosque, habría terminado la imagen de cómo era esa tierra. Tras eso, podría llevar meses de trabajo cartografiar el interior del bosque, si es que podía hacerse. ¿Cómo evitaría perderse sin el río para guiarla, o sin el límite del bosque para indicar la frontera? Un problema de lo más intrigante. Había tanto que ver, tanto que conocer, y tanto que hacer… y ella iba a descubrirlo todo. Ella iba a…
¿Qué era aquello? Frunció la frente, deteniéndose en seco. El río no estaba demasiado crecido ahora mismo, probablemente mañana menguaría hasta convertirse en un riachuelo. Los árboles crecían lejos de la orilla, prueba de que la riada durante una alta tormenta era peligrosa. Podía llegar a ser tan visible, que podía seguirlo a distancia, simplemente guiándose por el oído. Pero ahora, en cambio, el agua apenas emitía un leve borboteo. Y por encima de eso, podía distinguir fácilmente gritos en la distancia.
¿Habían venidos los demás a buscarla? Les había dicho que no la esperaran pronto. Corrió hacia delante, en parte alborozada. Si alguien había venido tras ella, quizás es que empezaban a estar más dispuestos a explorar.
No fue hasta que estuvo prácticamente encima de los sonidos que se dio cuenta de que algo estaba muy mal en ellos. Eran planos, sin ningún indicio de Ritmo, como si no fueran emitidos por oyentes, sino por muertos.
Un segundo después, dobló un recodo y se encontró de frente con algo mucho más asombroso y mucho más terrible de lo que jamás se había atrevido a imaginar.
Humanos.
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Mraize7
Me ha hecho pensar en el cuento de La niña que miró arriba.