Todo buen mundo de fantasía merece un mapa, pero, ¿cómo pasa un mapamundi de tu libreta a una amplia ilustración que aporte profundidad e información?

Seguid leyendo, mientras Isaac Stewart comparte su proceso para crear el mapa de The Emperor’s Blades, el primer libro en la nueva saga de literatura fantástica de Brian Staveley, Chronicles of the Unhewn Throne. El libro saldrá a la venta el 14 de enero, pero podéis leer los primeros siete capítulos gratis aquí (N.T.: en inglés). (¿Hemos mencionado que tiene ninjas que montan sobre águilas enormes? ¡Tiene ninjas que montan sobre águilas enormes!)

Tenía yo diez años, y sostenía un cartucho dorado de Nintendo entre mis manos. La primera vez que me perdí en los mapas de fantasía fue cuando descubrí los viejos libros de bolsillo de El Señor de los Anillos. Pero todo estaba a punto de cambiar para mí.

Yo no jugada a The Legend of Zelda para ganar. Jugaba para explorar. Con lápices de colores, y un viejo trozo de papel cuadriculado, hice el mapa del mundo en 8-bits de Hyrule. Cuando me quedé sin papel, pegué con cinta adhesiva más trozos. Lo guardé en mi bolsillo trasero y me lo llevé al colegio, desplegándolo a la más mínima oportunidad, para planificar mi próxima aventura. Soñaba con llenar aquellos espacios en blanco y me preguntaba qué iba a encontrarme allí.

Madre mía, no tenía de idea de hacia dónde me llevaría aquel pequeño mapa plegado. Creo que podría haber acabado mapeando la Antártida, o el espacio exterior, o el fondo del océano. Pero no me gusta la nieve, soy extremadamente claustrofóbico, y me aterra salir al mar. Así que exploro novelas de literatura fantástica.

Exploración

Para el maravilloso debut dentro de la literatura fantástica de Brian Staveley, The Emperor’s Blades, Heather Saunders de Tor quería un mapa a doble página que encajara con el estilo del libro. A la hora de dibujar un mapa, muchas veces tan solo cuento con el texto del propio libro. En esta ocasión, tuve tanto el libro como el boceto que el autor creó sobre su mundo.

¡La atención al detalle de Brian fue increíble! Inmediatamente quise adentrarme en la lectura del libro. No me decepcionó. El mismo cuidado con el que creó el mapa podía encontrarse en la novela.

Antes de lanzarme de cabeza, tenía que asegurarme de cuál era mi destino. Quería que el mapa final:

  • Encajara con el diseño del libro
  • Encajara con el estilo del libro
  • Pareciera un artefacto del mundo de The Emperor’s Blades

Le pedí ejemplos del diseño interior del libro a Heather. Estudié la portada del libro. Intenté destilar la sensación que sentí mientras leía la novela, y decidí que un mapa con ciertos aires al lejano oriente podría funcionar bien.

Izquierda, portada USA; Derecha, portada de Reino Unido

Trato de diseñar mis mapas como si fueran artefactos del mundo que describen, tanto como me sea posible. Esto probablemente sea una influencia heredada por tanto tiempo creando material para los mundos de Brandon Sanderson. Hay muchos mapas de fantasía bien diseñados que no siguen este modelo, pero esta es mi preferencia. Y por ello, siempre intento encontrar ejemplos del mundo real en los que basar mis mapas.

Después que una extensa búsqueda en la red (y un desafortunado aprieto en las redes sociales), encontré un mapa en una web que no conocía hasta entonces (David Rumsey Map Collection), pero que rápidamente se ha convertido en mi recurso principal en cuanto a referencias de mapas.

Más tarde encontré el mismo mapa de referencia en Wikimedia.

Esto era, exactamente, lo que estaba buscando y lo convertí en mi estilo objetivo.

El problema de los mapamundis reales

Casi siempre que intento adaptar un estilo cartográfico del mundo real en un mapa para una novela me encuentro con el mismo problema.

Los mapamundis de verdad son enormes y detallados.

Un mapa pensado para que quepa en la edición tapa dura de un libro (y por lo tanto, en el formato de bolsillo) no puede ser tan detallado como un mapa del mundo real y seguir siendo legible. Aunque trato el mapa como si fuera un producto de su mundo de fantasía, tiene que resultar comprensible a las audiencias modernas. Esto normalmente implica que no puedo copiar exactamente el estilo de mi referencia, pero puedo utilizarla como inspiración. Decidí tomar prestado el estilo de las montañas, los ríos y el océano.

Los bordes

Yo empiezo con las especificaciones del Proyecto para crear un archivo de Photoshop que contenga todas las guías que necesito seguir para prevenir que la imagen y el texto estén demasiado cerca de la línea de corte. Con un mapa de dos páginas como este, también añado guías de seguridad alrededor del margen interior (N.T.: en inglés, gutter) entre las dos páginas.

Utilizando el diseño de los capítulos interiores como inspiración, cree un borde, después trabajé en encajar el mapa abocetado por Brian dentro el espacio disponible, redimensionándolo y recolocándolo hasta conseguir que encajara. También corté el mapa de referencia en dos y coloqué cada parte a un lado del margen interior. Esto hace que el mapa final resulte ligeramente más largo que el esbozo, pero también me ofrece espacio en el medio sin etiquetas o características importantes. Ello previene a los lectores de tener que abrir demasiado el libro para encontrar palabras que han quedado ocultas tras la encuadernación.

Creación del mapa

Los pintores tienen su técnica preferida para trabajar, ben sea desde oscuro a claro, de claro a oscuro, desde el fondo hacia el primer plano, etc. Con los mapas, se parece un poco más al Genesis (el libro, no la banda de música). Decidí, por el bien del contraste y la legibilidad, qué partes del mapa serían claras y cuáles serían oscuras. Después separé la tierra del agua.

Añadí las líneas costeras y los diferentes biomas: montañas, desiertos, bosques, etc.

Borde final y textura para aportar una sensación de antigüedad (vale, este paso no tiene nada que ver con el Génesis).

Después dibujé las fronteras entre naciones y puse todos los nombres.

Me hubiera gustado haber encontrado una tipografía con un toque oriental que casara con la imagen de referencia, pero he descubierto que a menudo muchas fuentes de orientación oriental resultan poco legibles, sobre todo con tamaños pequeños. Mi primera regla para los mapas de fantasía es la claridad. Por ese motivo, opté por utilizar una bonita tipografía Roman que encajara con el diseño interior del libro.

Para acabar, realicé algunos ajustes de capa para asegurarme de que el mapa se imprimiría claramente en el libro final.

Aquí lo tenéis. Un mapa que hubiera hecho sentirse orgulloso a mi yo de diez años, exceptuando el hecho de que dudo que lo hubiera podido utilizar para encontrar otra pieza de la Triforce.

Conoce más sobre Isaac Stewart en su web y en Twitter.

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