Anotaciones de Elantris: Capítulo 29
No posts were found for provided query parameters.
Bueno pues, aquí tenemos la recompensa a varios cientos de páginas de insinuaciones sobre la inseguridad y la paranoia de Iadon. En mi opinión, las tramas se basan en las recompensas. Hay que ganarse la trama. Para ello, hay que encajar las piezas en los lugares adecuados, de modo que cuando se llega al clímax (aunque sea pequeño) los lectores acepten lo que está sucediendo.
La preparación no tiene por qué ser siempre sutil, y ni siquiera tiene que hacerse a través de los tradicionales augurios. Por ejemplo, si quieres que un personaje sea capaz de derrotar a un pequeño grupo de bandidos, tienes que haber ganado la recompensa que dice que es competente con un arma. Es como una ecuación química: equilibras todas las piezas por un lado y deben ser iguales a lo que sale por el otro.
Para que el discurso de Sarene en este capítulo funcionara, tenía que llevar a cabo varias cosas. Tenía que crear la idea de que sería lo suficientemente capaz de hacerlo y lo suficientemente valiente como para llevarlo a cabo. También tenía que hacer creer que Iadon se resquebrajaría ante este tipo de presión externa, y espero haberlo conseguido.
Algunas pequeñas notas más. Primero, el proverbio sobre el león. En realidad es un proverbio coreano, uno que siempre me llamó la atención porque era casi idéntico a nuestro proverbio «Pronuncia el nombre del león, y vendrá al festín», refiriéndose a alguien que llega justo cuando estabas hablando de él. La versión coreana dice «Si pronuncias el nombre del tigre, aparecerá». Lo he adornado un poco con el uso de mi útil licencia creativa, y así se obtiene lo que tenemos aquí.
En realidad, por lo que he visto, os sorprendería saber cuántos proverbios abarcan varias culturas. Pueden sonar un poco diferentes, pero los significados suelen ser muy similares.
Y, en la frase de Kaise «¿Por qué tuviste que ponerte enfermo?», se puede ver un remanente de la escena cortada de la que hablé en el último capítulo de Sarene. Se suponía que Kaise y Daorn podían ir con Sarene a la ciudad, y cuando llegué a esta escena, pensé que me había olvidado de añadirlos. Así que se me ocurrió la excusa de la enfermedad. En realidad fue un error por mi parte, ya que esta tríada ocurre en realidad varios días después de la última tríada, y los gemelos obtuvieron su permiso para ir con Sarene para el «día siguiente». Por lo tanto, su viaje a Elantris habría ocurrido durante los días intermedios.
El comentario de Kaise, sin embargo, me pareció un pequeño y agradable guiño a las cosas que suceden en el mundo fuera de escena. Este tipo de cosas dan una sensación agradable al libro, así que lo dejé, a pesar de que la escena original a la que estaba vinculado se cortó pronto.
Y, como nota sobre el intercambio final, ¿habéis olvidado del cliffhanger del final del capítulo de Raoden? Mi esperanza era que al saber, por Raoden, que las puertas de Elantris se abrieron en algún momento después del ataque, el lector asumiera que Sarene realmente no logró detener a los soldados. Sin embargo, ahora que los ha detenido, se le recuerda que ALGUIEN está entrando en la ciudad. Adivinad quién.