La metáfora lingüística que utilizo en este capítulo es una de mis favoritas del libro. La actitud de Hrathen puede resumirse rápidamente en la forma en que decide que está bien predicar a la gente en su propia lengua. Admite que probablemente no debería hacer tal cosa, pero la justificación lógica es demasiado fuerte para él como para negarla. Ya he hablado antes de cómo los libros de fantasía tienden a situar a personajes modernos en entornos más arcaicos. Los seones de este libro son una de mis racionalizaciones para la forma de actuar de la gente. Creo que gran parte de nuestro civismo y madurez como cultura global proviene de nuestra capacidad para comunicarnos rápida y eficazmente entre nosotros. La comunicación instantánea cambia el mundo. Hace que los países parezcan menos distantes y permite una resolución más rápida de los problemas. A menudo, cuando estoy creando un sistema de magia, esta idea es una de las primeras que considero. ¿Puede esta magia facilitar la comunicación o los viajes instantáneos? Si es así, puedo utilizarla para reducir el mundo, lo que me permite situar a los personajes en lugares más lejanos y mantenerlos ligados a la trama. (Esto no es algo que tenga que hacer a menudo en este libro en particular. Sin embargo, la capacidad de comunicarse con el Wyrn y el padre de Sarene tiene el efecto de encoger el mundo, lo que facilita la trama de acontecimientos tan drásticos en un periodo de tiempo tan corto).

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El arrebato de Dilaf en este capítulo es el primer indicio real de que las cosas no van a ir bien entre él y Hrathen. En cierto modo, este capítulo es un paradigma de los acontecimientos que se avecinan: Hrathen prepara lo que cree que es una presentación perfecta y cuidadosa. Entonces llega Dilaf y provoca el caos. Sin embargo, a pesar de ese caos, Dilaf tiene un efecto profundo (y podría decirse que exitoso) en quienes lo rodean. En un principio no tenía intención de que Hrathen tuviera un seon. Sin embargo, mientras trabajaba en este capítulo, me di cuenta del sentido que tenía. Aporta un poco de hipocresía a la religión Derethi, y descubrí que eso me gustaba mucho. El seon también me permitió avanzar más rápidamente con los planes de Hrathen. Si Hrathen no tuviera acceso a un seon, la historia no habría sido tan compacta.

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Como nota al margen, estoy planeando que este seon haga una aparición en la secuela (si es que escribo una.) Sería el propio seon de Adien, ya que él probablemente sería el héroe de la secuela. (Junto con su hermano y su hermana.) Para aquellos que piensen que no he tratado lo suficiente a los seones en este libro, la secuela se centraría mucho en ellos. De hecho, estoy tentado a convertir a este seon en un personaje principal. Sin embargo, eso me llevaría a tener cuatro personajes, lo que no me permitiría utilizar el sistema de tríada de capítulos.